Realizamos una visita a las instalaciones de las cocinas de uso compartido que funcionan en el ex hotel Sol de la localidad, allí la coordinadora de políticas y planes de innovación, ciencia y tecnología, Natalia Bosch Ponzetti, la directora provincial de economía del conocimiento, innovación productiva e industrias creativas, Paula Salinas y la directora provincial de instrumentos de promoción de actividades de ciencia, tecnología e innovación, Betiana Villegas, junto a la directora técnica de las salas comunitarias municipales de producción de alimentos, María Luján Robello, recorrieron el lugar.
El espacio, dependiente de la subsecretaría de producción, empleo y economía social tiene como objeto fortalecer los emprendimientos productivos locales de elaboración de alimentos, enmarcado dentro del Código Alimentario Argentino. Este espacio de incubadora es una herramienta fundamental que impulsa la economía y el consumo de alimentos locales.
Acerca del funcionamiento, la ingeniera en alimentos, María Luján Robello, explicó que “las salas comunitarias tienen el objetivo de funcionar como incubadoras, el ánimo es que los productores de alimentos que necesitan empezar a elaborar y comercializar sus productos legalmente en el mercado formal, encuentren un lugar habilitado con una asistencia técnica para poder desarrollar sus productos, habilitarlos y comercializarlos, tanto a nivel local como a nivel nacional, si así lo desean”.
Señaló que “tienen un plazo máximo de uso de cinco años, esto es para que el elaborador crezca y pueda en ese plazo, habilitar su propio lugar para después independizarse, los asesoramos técnicamente en el desarrollo del producto para poder habilitarlos y después también durante la producción los acompañemos también a que participen de ferias, tanto a nivel local, como provincial o incluso hasta fuera de la provincia, para que desarrollen canales de comercialización, hagan visible su emprendimiento y que puedan crecer”.
Con respecto a los productos que allí se elaboran indicó que hoy tienen “unos veinte productores trabajando, esto es bastante estacional de acuerdo a las temporadas, trabajamos con productos fundamentalmente de bajo riesgo, que no incluyan derivados cárnicos, ni alimentos fritos, tenemos, por ejemplo, productores de chocolates, alfajores, mermeladas, de licores, gin, vermouth, mostazas”.
En la sala trabajan tres personas, además de la sala del centro de la ciudad, donde elaboran alimentos dietéticos libres de gluten, los productos cumplen con todas las normas y tienen una etiqueta con un código único y QR que da garantía de que el producto está terminado.
Por su parte, Natalia Bosch Ponzetti, destacó que “desde la Agencia estamos trabajando para fortalecer estos espacios comunitarios y vincularlos con otras plantas de elaboración de alimentos más pequeñas de la Provincia que permita conformar una Red colaborativa para intercambiar información, conocimientos, recursos tecnológicos, insumos, materia prima y productos”.
Cocinas de uso Compartido Municipal
Este proyecto tiene como objeto fortalecer los emprendimientos productivos de elaboradores locales que funcionaban de manera informal, por no contar con los medios económicos y el espacio físico establecido por bromatología, de acuerdo al marco que dictamina el Código Alimentario Argentino para la habilitación de establecimientos y productos.
Esta actividad tiene una importancia social en la economía productiva, ya que es el sustento económico principal de estos usuarios y sus familias. Los alimentos cuentan con la distinción sello de origen, otorgada por parte de la Municipalidad que certifica que dichos productos están elaborados en un cien por ciento en San Martín de los Andes.